Estiramiento con la i y con la u
SONETO SIN LA i
Martín de San Martín
Blanca como la luz que el alba arroja,
pura como la flor que el aura mece,
por ella oculto, pero noble, crece,
este amor que locura se me antoja.
Cuando en llanto su faz la pena moja,
¡cuán hermosa a los ojos aparece!
¡Tanto el pudor en ella resplandece,
que, al ensalzar sus galas, se sonroja!
Pero su corazón amor no altera;
yo del suyo soñando con la palma
juré adorarla con el alma entera.
¡Mas todo ve con desdeñosa calma!
¿qué alcanzará? que grande, hasta que muera,
guarde entero su amor por ella el alma.
SONETO SIN LA u
Martín de San Martín
Soneto me pedís en donde omita
la postrera vocal del alfabeto;
y en dos por tres pergeñaré el soneto
si no se llega a enmarañar la pita.
Nadie para tal obra necesita
estar de genio y de saber repleto;
basta paciencia y sale del aprieto
toda persona en el rimar perita.
¡Vanidoso! -exclamáis-, ante el sentido
del octavo renglón; mas yo no paso
por mote, a mi entender, inmerecido.
Vanidad, si la tengo, será acaso
en haberme de sobra conocido
para no pedir sitio en el Parnaso.
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